AFD 005 Centinela Tercio viejo Zamora

La inundación de las trincheras debida a la maniobra holandesas en los diques, puso a los soldados españoles en una situación muy delicada. Sus ropas y abrigos, las capas y la pólvora de los mosquetes quedaron empapadas. La tropa improvisó como pudo prendas de abrigo con las mantas que aún se mantenían secas y envolvieron sus congelados pies en trapos y tiras de tela. De esta manera consiguieron resistir repetidos ataques de los soldados holandeses y finalmente obtener la victoria tras la congelación del río en la madrugada del 8 de diciembre.

Tras el combate, el almirante Holak declaró que estaba claro que Dios debía ser español.

Aparte del hecho de que nos enfrentamos a 5.000 arcabuceros españoles, 5.000 piqueros españoles, 5.000 jinetes españoles y en definitiva a 5.000 demonios.